Vínculos

    a una nariz pegada: Cuarentonas estupendas (2)

    a una nariz pegada

    Érase una abogada a una nariz pegada. érase una nariz superlativa. Érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce Tribus de narices era. (Francisco de Quevedo)

    domingo, 13 de mayo de 2007

    Cuarentonas estupendas (2)

    Para romper el estilo de estos últimos posts, vamos a volver al tono frívolo de las cuarentonas estupendas, aprovechando el intenso debate que se ha generado al respecto.
    El otro día, en una conversación sobre matrimonios, amantes y amancebamientos varios con varias compañeras, una de ellas, de cincuenta y tantos largos, nos realizó una revelación que casi me hizo caerme de la silla:
    - A mí hace unos años me ocurrió una cosa fantástica. Me enamoré de un niño de treinta y seis años.
    Lo de caerme de la silla no fue tanto por la confesión, sino porque se trata de una mujer que no da el perfil imaginado para una situación de este estilo. Está casada desde hace más de veinte años, con dos hijas adolescentes, trabaja en un colegio con niños de cinco años, tiene unos sólidos principios, no es especialmente atractiva - en cuanto a belleza exterior, que no interior - y lo más importante, adora a su familia. ¿Es posible que perdiera la cabeza por un joven al que le saca más de veinte años? ¿Qué nos pasa a las mujeres a los cincuenta?
    - ¿Y qué ocurrió? ¿Se terminó la relación?
    - No, ni siquiera empezó.
    - ¿Por tu familia, para no perjudicar a las niñas?
    - Por mi marido. Siempre me ha tratado bien y le debo un respeto.
    La conversación, cuando menos, me hizo reflexionar. Además de constatar que la persona más insospechada puede caer en una infidelidad, al final, resulta que ni amor, ni atracción sexual, ni diferencia de edad: todo se reduce a una cuestión de respeto.

    entrada de A una nariz pegada @ 12:22  

    1 comentarios:

    • A las 17 de mayo de 2007, 19:19:00 GMT-7 , Anonymous Anónimo ha dicho...

      Naricita...

      Yo creo que más que respeto es cuestión de lealtad, ya que la fidelidad en estos días sólo se puede encontrar en los aparatos de sonido. Fiel puede ser un perro, pero lealtad es dificil de encontrar. Tu amiga fue leal.

      Y por otro lado, una vez un jefe me dijo que en la vida todo se vale, sólo es cuestión de 'D'. Es decir, Discreción no Decencia.

      Así que no importa la edad, lo importante es vivir y sentir la pasión por vivir.

      Bicho besos

       

    Publicar un comentario

    Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

    << Inicio

    Datos personales

    Nombre: A una nariz pegada
    Lugar: BARCELONA, BARCELONA, Spain

    Ver todo mi perfil

    Entradas anteriores

    • ¡Gracias a todos!
    • La hija de Marta ya está en casa
    • Salvemos a Erine (2)
    • La hija de Marta
    • Salvemos a Erine
    • Cuarentonas estupendas
    • Amamantar en restaurantes:¡boicot al Txapela!
    • Lo que no puedo soportar
    • Noche de Reyes
    • El paso del tiempo

    Powered by Blogger

    Suscribirse a
    Entradas [Atom]