miércoles, 30 de julio de 2008
A partir del viernes día 1 de agosto me desconectaré de Internet y de la ciudad, y no apareceré por el despacho hasta el día 1 de septiembre, excepto el día 13 de agosto uque han tenido la delicadeza de ponerme una guardia de menores Barcelona.
Me dedicaré únicamente a disfrutar de mi familia y de los placeres de la vida, perdiéndome en los lagos, valles y montañas del pueblo del Pirineo donde me casé un 16 de agosto de hace cinco años, que ahora podré enseñarle a mi hija.
En septiembre volveré con las pilas cargadas, para seguir atendiendo a mis clientes de oficio y particulares, los que quieran divorciarse después del verano, las mujeres maltratadas, los menores, los extranjeros sin papeles, las mamás que no cobran pensión, los despedidos, los sancionados por Hacienda ....
Y para conocer a mis nuevos alumnos del CIC, seguir ayudando a las mamás lactantes, ir a Madrid a recibir el Premio UNICEF del Voluntariado, organizar las Jornadas sobre Masaje Infantil, continuar escribiendo mi novela y aprendiendo a cocinar mejor ...
Y la gran decisión ...
Y sobretodo, seguir viendo cada día como mi niña, mi corazón latiendo fuera de mi cuerpo, crece sana y feliz.
Pero este mes, ¡el despacho se cierra! ¡Si me necesitáis, ya sabéis donde estoy!
miércoles, 23 de julio de 2008
La adopción de Nona
Os aclaro por qué tengo esta sensación de "compra de niño": una de mis alumnas de los Ciclos Formativos, donde como sabéis imparto clases de Derecho Laboral, en una de las clases me explicó su historia. Ella y su hermano son adoptados, ahora tienen 17 años, pero son españoles, ya que en aquellos tiempos por lo visto era más fácil la adopción nacional. La escuela donde doy clases está en la zona alta de Barcelona, por tanto todo son familias de clase media-alta y hay varios casos de jóvenes adoptados.
La cuestión es que esta chica está bastante mal porque tiene la idea de que sus padres adoptivos "la han comprado". Que su madre biológica no tenía dinero, pero en lugar de abortar la dejó en una residencia de monjas porque ella no la podía mantener. Se lleva fatal con sus padres adoptivos y quiere marcharse de casa en cuanto cumpla los 18. Que el día más feliz de su vida fue cuando su abuelo adoptivo le comentó que conocía a su madre biológica. Las monjas le llamaron Isona y su madre adoptiva, para respetar su nombre, le llamó Nona.
Estuvo a punto de perder el curso, cada dos por tres se escapaba de la escuela y me la encontraba sola en un parque, llorando, hecha polvo, decía que nadie la quería ... Hasta que finalmente la tutora habló con su madre y la misma tutora me reconoció que era un caso complicado, que la gente, y sobretodo la gente con dinero, muchas veces adopta sin saber dónde se mete. Por mucho que se intente negar, es evidente que un niño adoptado ha sufrido un abandono, ya desde la barriga, y estas secuelas de una manera u otra tienen que salir.
Ese día tuve que aguantarme las lágrimas - para no perder "autoridad" ante el resto de alumnos - y no quise preguntarle más. Me hubiera gustado decirle que gracias a esos padres adoptivos ella vive en una torre en Valldoreix - un pueblo a las afueras de Barcelona - y puede estudiar en una escuela privada, llevar ropa de marca y tener amigos de este nivel.
La sensación que me quedó, en este caso, fue que estos padres no supieron trabajar el vínculo. Puede que Nona de pequeña fuera una niña modelo - porque es muy guapa, además -, pero todos sabemos que la adolescencia siempre es una etapa difícil, tanto con un hijo biológico como adoptado. Pero algo falla: ¿por qué ella tiene esa sensación de compra y es incapaz de valorar lo positivo?
domingo, 20 de julio de 2008
Verano en Lloret de Mar
Cuando yo tenía diecisiete años, allá por el verano del 90, veraneábamos con mis padres y mi hermana pequeña, que entonces era una niña, en un hotel de Lloret de Mar. Recuerdo el verano del 90 como uno de los mejores de mi vida, después del verano del 2004 en el que nació mi hija y del verano del 97, en el que conocí a su padre.
La naturaleza, para compensar mi nariz aguileña, me había dotado de una figura escultural que en aquellos años cuidaba a diario a base de gimnasio y que era mi principal atractivo para el sexo opuesto, sobretodo venido de Italia. Con las hormonas a flor de piel, la selectividad aprobada y una plaza segura en Derecho, aquel verano disfruté intensamente de todo lo que la vida me ofrecía. En la piscina del hotel, jugando con mi hermana de la manera más inocente, conocía a Nello y sus amigos, todos de dieciocho años, jóvenes, divertidos, guapos, fuertes ... italianos de pura cepa.
Nello se enamoró de mí con todas las letras, y yo me dejé llevar por el momento. Dice el tópico que los italianos son machistas, que no permiten que una mujer pague la cuenta, que cuidan a las mujeres como el mayor de sus tesoros. Y bien, parece que ello es así. ¿Recordáis lo que dijo Berlusconi cuando le preguntaron por qué en su Gobierno hay tan pocas mujeres? "Porque están amamantando a sus bebés"- lo que ya sabéis que tampoco me parece mal, con perdón de la Chacón y nuestras Ministras modernas de aquí -.
Bueno, pues volviendo a Nello, él hacía bueno el tópico: era atento, caballeroso y me protegía como los hombres de antes protegían a una mujer. A mí me gustaba este rol, que no encontraba por aquí. Hasta mi madre estaba encantada con él y sus amigos italianos del hotel.
Por eso, al leer estos días el caso de la joven italiana Federica, no he podido evitar recordar aquel verano y cómo han cambiado las cosas. Yo, siendo todavía menor de edad, salía sola todas las noches con Nello y sus amigos italianos hasta altas horas de la noche, y mis padres en ningún momento estuvieron intranquilos. Nello nunca intentó hacer nada que yo no quisiera, y como por aquellas fechas todavía creía en la virginidad como "regalo" para el padre de mis hijos, la cosa no pasaba de algunos arrumacos en la discoteca o en la playa.
Cuando el verano terminó, le regalé una medalla con mi nombre y mis fotos. Nello estuvo escribiéndome, llamándome, durante los años de facultad, pero nunca volvía a verle. Me envió fotos, supe que aprobó una oposición a "carabinieri" en Livorno, donde vive. Incluso hasta hace unos años me sorprendí un día con una llamada de él a mi móvil. Mi madre, que todavía le recordaba, ¡se permitió darle mi móvil! - "Vengo a Barcelona", me comentó.
Una amiga me comentó que si hubiera estado soltera, no me lo hubiera pensado dos veces. No tiene razón: todo en la vida tiene su momento. Las cosas pasan cuando tienen que pasar. "Ahora somos adultos y padres de familia. Pero siempre nos quedará Lloret".
Un primito ruso
Bueno, pues el otro día me dieron esta noticia: mi cuñada, que se casó ya mayor con un hombre más joven y era un poco tarde para tener hijos propios, ha iniciado los trámites para adoptar un niño ruso. La verdad es que me sorprendió, porque nunca la he visto con ganas de ser mamá y ellos viven muy bien los dos solos, pero ahora, en los 45, le ha sonado el reloj ...
Eso significa que mi hija tendrá un primito (o primita, porque no pueden escoger el sexo), aunque el niño se lo darán ya mayorcito, con alrededor de dos años.
Y yo ahora pienso ... ¿llegaré a quererle como si fuera un sobrino "biológico"? Porque de momento, por todo lo que me cuentan, el tema me parece más un negocio, y los comentarios de mi familia política no tienen desperdicio:
- "Mejor ruso porque se parecerá más a vosotros, así no parecerá adoptado".
- "Cuidado, que no os hagan cargar con un bebé con problemas de salud que no os hayan dicho".
- "Que no os enchufen un niño de Chernobil."
- "A la China o Rusia no, porque os gastaréis una fortuna en viajes."
No sé, ahora mismo tengo una sensación extraña, como de "compra" de niño. El tema es muy complejo e imagino que, al igual que les pasa a muchas mamás con la lactancia, se trata de falta de información.
En cuanto a mi hija, ¿debo decírselo antes? ¿Cómo hacerle entender que en lugar de la barriga de la tía llegará un "intruso" a la familia? Que no será un intruso, claro ...
Os informo,
lunes, 7 de julio de 2008
La igualdad mal entendida:el debate
En este blog se ha generado el debate sobre mi anterior post "La igualdad mal entendida".
Para las que consideran que mi artículo es machista y retrógrado y siguen afirmando que se puede ser madre y mantener una carrera profesional sin renunciar a nada, porque el padre puede implicarse al 50% en todos los aspectos y desde el momento del nacimiento, ahí va esa foto.
http://discentia.blogspot.com/2008/07/igualdad-dos-artculos-copio-y-pego.html
sábado, 5 de julio de 2008
La igualdad mal entendida
"La Ministra de Defensa, Carme Chacón, nos ha ofrecido un gran ejemplo paseando su barriga de siete meses por Afganistán, cumpliendo así con su apretadísima agenda hasta el mismo día en que nació su bebé. Una criatura que nació por cesárea de urgencia y antes de término. Lo que interesaba era demostrar que una embarazada debe seguir trabajando hasta el final. Las consecuencias que esta actitud pueda tener en el bebé parece que a nadie le han importado lo más mínimo.
Que la Ministra comparta la baja de maternidad con el padre es un ejemplo de modernidad que todos deberíamos seguir. Pues bien, a mí se me escapa. La madre es la única que está fisiológicamente preparada para parir y para amamantar. La naturaleza lo ha querido así y deberíamos respetarlo. Anteponer la carrera profesional a los hijos debería dejar de ser objeto de admiración. La conciliación laboral y familiar no significa aparcar al bebé a las 16 semanas. Los bebés deben estar con su madre durante, como mínimo, el primer año de vida. En eso coinciden la mayoría de los pediatras.
Deberíamos eliminar la idea de que los hijos interfieren en la carrera profesional porque es nuestra profesión la que no permite disfrutar de los hijos tanto como ellos merecen. Es necesario recuperar la idea de que un embarazo, un parto y la posterior crianza son algo sagrado porque el pasado y el futuro de todos está en el vientre materno".
Y esto es lo que comenta otra lectora:
"Hay muchas embarazadas que hasta la misma fecha del parto estan en el trabajo, en su casa, y haciendo autenticos milagros para que la economía de su casa no se unda, y no por eso son menos meritorias de que la Chacón, a la cual todo se lo han servido en bamdeja de plata. Esas mujeres es a las que habría que ayudar y no darle tanta importancia a la Chacón porque haya viajado en primera clase y con todo resuelto y a cargo del erario público".
Esta carta se publicó en La Vanguardia hace pocos días. La Ministra porque estudió Derecho con mi marido y lo que no se le puede negar es que es una trabajadora nata, que como tantas otras, decidió ser madre tarde (primeriza de 37 años, que para mí es tardísimo ...) para priorizar su carrera profesional. Lo de siempre: nos dijeron que se podía tener todo, hasta que se escapa el tren. En mi profesión, la mayoría son así. Tienen hijos casi a los 40, muchas veces después de embarazos complicadísimos y de gastarse el dinero en clínicas de fertilidad, pero los crían a golpe de canguro para poder mantener su nivel profesional. Y lo peor es que esto no está nada mal visto.
Hay una mamá de la escuela de mi hija que es Directora de no se qué empresa y tiene que viajar mucho, con lo cual se ocupa de la niña siempre su marido. ¿Y qué piensan los demás, incluido el mío? Pues muchos alucinan: ¿qué guay, en qué debe trabajar? Cuando a mí me da mucha pena, porque se está perdiendo todo y no aparece por el colegio. Pero para los demás, es genial.
Las mamás que estamos cada día a las cinco menos diez en la puerta, estamos las tardes con ellos, los llevamos a la piscina, al parque y a las fiestas, nos quedamos en casa cuando están enfermos esas madres que se preocupan de dar lo mejor a sus niños, se implican en sus cuidados, les ofrecen la calided de su regazo, los escuchan y miran para entenderlos, les acompañan en sus noches tanto en sueños como en despertares, madres que cargan a sus hijos hasta que estos piden bajar, calman su sed hasta que no la necesiten mas, madres que se preocupan, buscan entender el por qué les pasa o hacen eso sus niños y no paran en su empeño hasta lograr superar cada tramo, sin tomar salidas fáciles, sino llegando a la raiz para encontrar la verdadera solución ... ¡ah, éstas no! ¡Éstas no valen nada!
Siguiendo con la Ministra, cuando la ví en la comparecencia del Congreso con los pechos hinchados bajo el traje, pensé: ¿Cómo lo debe hacer ahora? ¿Le dolerán todavía los puntos de la cesárea de urgencia? ¿Se habrá tomado la pastilla para inhibir la leche (que a las seis semanas la naturaleza hace fluir de una manera brutal)? ¿O bien se sacará la leche en los pasillos del Congreso y la congelará en casa? ¿O quizás ya desde el principio decidió dar biberón, por aquello de la igualdad al 50% con su marido y levantarse los dos por la noche?
Siempre digo que a nuestra generación, los que estamos ahora en la mitad de la treintena, nos han engañado. Nos han vendido la moto de que lo primero es el trabajo y nadie nos avisó de que también querríamos tener una familia. Si decimos que queremos disfrutar de nuestros hijos, nuestras madres piensan que menuda lástima, porque te estás perdiendo la posibilidad de tener una buena carrera profesional. Y ahora cargamos con una doble y triple jornada, los divorcios aumentan cada día y muchos padres admiten no poder controlar a sus hijos adolescentes.
Algunas de nuestras madres renunciaron a trabajar por obligación. Muchas de las mamás de ahora deben trabajar por obligación. Hay ahí algo que falla.
Felicidades a todas esas mamás que un día comprendieron que no se puede tener todo, que no aparecen en las estadísticas ni en las noticias, pero realizan un trabajo que no tiene precio.