La igualdad mal entendida
"La Ministra de Defensa, Carme Chacón, nos ha ofrecido un gran ejemplo paseando su barriga de siete meses por Afganistán, cumpliendo así con su apretadísima agenda hasta el mismo día en que nació su bebé. Una criatura que nació por cesárea de urgencia y antes de término. Lo que interesaba era demostrar que una embarazada debe seguir trabajando hasta el final. Las consecuencias que esta actitud pueda tener en el bebé parece que a nadie le han importado lo más mínimo.
Que la Ministra comparta la baja de maternidad con el padre es un ejemplo de modernidad que todos deberíamos seguir. Pues bien, a mí se me escapa. La madre es la única que está fisiológicamente preparada para parir y para amamantar. La naturaleza lo ha querido así y deberíamos respetarlo. Anteponer la carrera profesional a los hijos debería dejar de ser objeto de admiración. La conciliación laboral y familiar no significa aparcar al bebé a las 16 semanas. Los bebés deben estar con su madre durante, como mínimo, el primer año de vida. En eso coinciden la mayoría de los pediatras.
Deberíamos eliminar la idea de que los hijos interfieren en la carrera profesional porque es nuestra profesión la que no permite disfrutar de los hijos tanto como ellos merecen. Es necesario recuperar la idea de que un embarazo, un parto y la posterior crianza son algo sagrado porque el pasado y el futuro de todos está en el vientre materno".
Y esto es lo que comenta otra lectora:
"Hay muchas embarazadas que hasta la misma fecha del parto estan en el trabajo, en su casa, y haciendo autenticos milagros para que la economía de su casa no se unda, y no por eso son menos meritorias de que la Chacón, a la cual todo se lo han servido en bamdeja de plata. Esas mujeres es a las que habría que ayudar y no darle tanta importancia a la Chacón porque haya viajado en primera clase y con todo resuelto y a cargo del erario público".
Esta carta se publicó en La Vanguardia hace pocos días. La Ministra porque estudió Derecho con mi marido y lo que no se le puede negar es que es una trabajadora nata, que como tantas otras, decidió ser madre tarde (primeriza de 37 años, que para mí es tardísimo ...) para priorizar su carrera profesional. Lo de siempre: nos dijeron que se podía tener todo, hasta que se escapa el tren. En mi profesión, la mayoría son así. Tienen hijos casi a los 40, muchas veces después de embarazos complicadísimos y de gastarse el dinero en clínicas de fertilidad, pero los crían a golpe de canguro para poder mantener su nivel profesional. Y lo peor es que esto no está nada mal visto.
Hay una mamá de la escuela de mi hija que es Directora de no se qué empresa y tiene que viajar mucho, con lo cual se ocupa de la niña siempre su marido. ¿Y qué piensan los demás, incluido el mío? Pues muchos alucinan: ¿qué guay, en qué debe trabajar? Cuando a mí me da mucha pena, porque se está perdiendo todo y no aparece por el colegio. Pero para los demás, es genial.
Las mamás que estamos cada día a las cinco menos diez en la puerta, estamos las tardes con ellos, los llevamos a la piscina, al parque y a las fiestas, nos quedamos en casa cuando están enfermos esas madres que se preocupan de dar lo mejor a sus niños, se implican en sus cuidados, les ofrecen la calided de su regazo, los escuchan y miran para entenderlos, les acompañan en sus noches tanto en sueños como en despertares, madres que cargan a sus hijos hasta que estos piden bajar, calman su sed hasta que no la necesiten mas, madres que se preocupan, buscan entender el por qué les pasa o hacen eso sus niños y no paran en su empeño hasta lograr superar cada tramo, sin tomar salidas fáciles, sino llegando a la raiz para encontrar la verdadera solución ... ¡ah, éstas no! ¡Éstas no valen nada!
Siguiendo con la Ministra, cuando la ví en la comparecencia del Congreso con los pechos hinchados bajo el traje, pensé: ¿Cómo lo debe hacer ahora? ¿Le dolerán todavía los puntos de la cesárea de urgencia? ¿Se habrá tomado la pastilla para inhibir la leche (que a las seis semanas la naturaleza hace fluir de una manera brutal)? ¿O bien se sacará la leche en los pasillos del Congreso y la congelará en casa? ¿O quizás ya desde el principio decidió dar biberón, por aquello de la igualdad al 50% con su marido y levantarse los dos por la noche?
Siempre digo que a nuestra generación, los que estamos ahora en la mitad de la treintena, nos han engañado. Nos han vendido la moto de que lo primero es el trabajo y nadie nos avisó de que también querríamos tener una familia. Si decimos que queremos disfrutar de nuestros hijos, nuestras madres piensan que menuda lástima, porque te estás perdiendo la posibilidad de tener una buena carrera profesional. Y ahora cargamos con una doble y triple jornada, los divorcios aumentan cada día y muchos padres admiten no poder controlar a sus hijos adolescentes.
Algunas de nuestras madres renunciaron a trabajar por obligación. Muchas de las mamás de ahora deben trabajar por obligación. Hay ahí algo que falla.
Felicidades a todas esas mamás que un día comprendieron que no se puede tener todo, que no aparecen en las estadísticas ni en las noticias, pero realizan un trabajo que no tiene precio.
2 comentarios:
A las 6 de julio de 2008, 13:22:00 GMT-7 , Abogadaenbcn ha dicho...
Felicidades por tu post, tienes muchísima razón y Chacón no es un ejemplo a seguir. Os admiro muchísimo a las madres trabajadoras.
El otro día en VIDO en la sala de abogados había una compañera abogada con su bebé de 1 mes en brazos...esperando para asistir en una declaración... Me dio qué pensar...
A las 7 de julio de 2008, 2:21:00 GMT-7 , A una nariz pegada ha dicho...
Yo he hecho lo mismo que la compañera de VIDO, pero ahora las cosas están un poco mejor: como sabes el Protocolo de suspensión de juicios por maternidad que se aprobó el año pasado permite, como mínimo, suspender juicios hasta 60 días después del parto, y después solicitar un tiempo adicional de preparación del asunto. Eso sí, no es obligatorio tomarse el descanso ... y depende de la economía de cada familia.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio