Plazos
Qué mal me siento en estos momentos.
Hoy me ha ocurrido lo que a todos los abogados nos da pánico: que te desestimen una demanda por caducidad, por presentarla más tarde del plazo.
En mi caso no ha sido exactamente así, sino más bien por una cuestión de interpretación, pero el resultado ha sido el mismo: archivo del expediente y mi clienta se queda sin indemnización.
Juliana, una camarera de pisos peruana en un hotel de Sitges, denunció a su empresa por un despido verbal con agresiones, es decir, literalmente la sacaron de su puesto de trabajo a patadas porque no quería firmar su baja voluntaria, lo que motivó la correspondiente denuncia penal.
De entrada, el asunto no pintaba demasiado bien, porque sólo disponíamos de su declaración y poco más, pero la empresa ha ido incurriendo en numerosas contradicciones y hemos estado muy muy cerca de convencer al Juez de que nuestra versión era cierta.
Pero después de más de dos horas de declaración, a las cuatro de la tarde, el Juez cae en la cuenta de que yo realicé el cómputo del plazo basándome en la fecha de la carta de despido entregada por la empresa a mi clienta y no en la fecha de la agresión y el despido verbal.
Me hubiera querido fundir en trocitos cuando el Juez nos ha llamado a su despacho y me ha explicado que, visto así, la demanda está caducada.
¿Y por qué no la presenté antes, por qué agoté el plazo arriesgándome a esta malabarismo legal?
Lo de siempre, por falta de tiempo.
Cuando esperaba el tren para ir a Mataró a dar otra conferencia sobre conciliación de la vida laboral y familiar, me caían las lágrimas. Me paso el día dando charlas sobre conciliación y resulta que yo soy la primera que no sé conciliar.
Últimamente trabajo incluso los fines de semana y pese a ello desde principios de este curso no he conseguido tener el trabajo al día. Termino un asunto, entran tres más y vuelta a empezar.
Tengo nueve demandas por presentar, sí, nueve, dando vueltas encima de mi mesa, algunas desde hace meses. Estoy toda la jornada colgada al teléfono con clientes y contestando montones de e-mails. No puedo estudiar a fondo. He tenido que disculparme ante la Juez de Cornellà por llegar tarde y después el Juez de lo Social me reprocha el retraso por estar en el juicio Cornellà. La Administración de Justicia funciona de tal manera que es incapaz de ofrecer soluciones si tienes dos juicios el mismo día, sólo son capaces de esperarte hasta las dos.
Claro que la empresa también podría haber optado por la readmisión y dejar a Juliana sin indemnización. Claro que quizás el Juez no la hubiera creído, yo mismo ya no sabía si en algunas ocasiones mentía y lo que quería era que la echaran y cobrar. Pero mi sentido de la responsabilidad me impide dejarla desprotegida. Así que he pasado parte de mi error a la compañía de seguros de responsabilidad civil, para que al menos se hagan cargo de una parte de la indemnización de Juliana. Aunque siempre me quedará la duda de qué hubiera resuelto el Juez.
Y lo curioso es que Juliana salió del juicio eufórica y satisfecha. Dice que, gane o pierda, está contenta de haber puesto a la empresa contra las cuerdas, que así se lo pensarán antes de tratar como tratan a sus trabajadoras, la mayoría inmigrantes, madres y necesitadas.
No consigo que mi hija haga el Kumon más de dos días seguidos, ahora que están empezando con las sumas. Y tampoco he podido llevar hoy al cole la caja de zapatos y el yogurt de vidrio limpio para hacer la actividad, porque ayer la tuvo que ir a buscar mi madre y no se acordó de mirar el cartel en la clase. Mi marido se comió unos espaguettis casi en mal estado porque no tuve tiempo de hacer la cena antes de la reunión del AMPA. No soy capaz de terminar la mitad de las tareas que me programo. Hace una semana que no cocino más que pasta. Si mañana no llamo al casal de verano, la niña se quedará sin plaza. Tengo que cargar el encendedor y comprar el mando nuevo de la tele. El sábado, otra vez de guardia. Sigo sin vestido para la boda de mi hermana. Y sin hacer la reserva del viaje a Eurodisney. Mi chaqueta verde lleva ya más de un mes en la tintorería, si no voy a buscarla me cobrarán suplemento. Trabajando mucho, tengo unos ingresos respetables y, sin embargo, no soy capaz de ahorrar, de conseguir que la cuenta de la niña aumente.
Definitivamente, debo estar loca por emperrarme en tenir otro hijo.
1 comentarios:
A las 2 de mayo de 2009, 16:05:00 GMT-7 , Abogadaenbcn ha dicho...
Mucha energía, tú puedes, eres una persona increible, estás metida en tantas cosas, ayudas a tantísima gente, que no me extraña que a veces no puedas llegar a todo. Si puedo ayudarte en lo que sea no dudes en pedírmelo. Mil besos.
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