El regalo de Érine
Os informo de las últimas novedades del caso de la niña de Manresa, que hemos seguido exhaustivamente en este blog.
Después de cuatro años de vivir a contrarreloj - los únicos de su corta existencia -, la pequeña Erine Cabrera, enferma de leucemia, ha logrado detener la cuenta atrás que día a día devoraba su esperanza de vida.
Tras dos duros meses de espera, la pequeña recibió un trasplante de células de su hermana Izel, nacida el pasado 19 de enero en Barcelona y seleccionada genéticamente para salvar su vida. La intervención se realizó al mediodía en el Hospital Vall d'Hebron de la capital catalana y duró unas dos horas, según informaron a este diario fuentes del centro sanitario.
Un equipo de especialistas del Servicio de Oncología y Hematología Infantil del citado centro trasplantó a la pequeña las células madre extraídas del cordón umbilical de su hermana, genéticamente compatible, para intentar curar la grave leucemia que padece. La operación transcurrió según lo previsto, aunque las citadas fuentes hospitalarias prefieren ser prudentes respecto al resultado. «Hasta dentro de dos meses no se sabrá si ha aceptado el trasplante», precisaron.
El «sprint» final ha sido especialmente duro tanto para Erine, que ha tenido que soportar una semana de incomunicación y duras sesiones de quimioterapia, como para sus jóvenes padres —de 25 y 28 años—, que, según indicaron, se sienten «física y psicológicamente agotados» con todo el proceso. Erine Cabrera, natural de Manresa (Barcelona) y que padece un tipo de leucemia denominada mielomonocítica - se producen demasiados mielocitos y monocitos (glóbulos blancos inmaduros) en la médula ósea- , ingresó en el Hospital Vall d'Hebron el 6 de marzo. Desde entonces, permanecía en una cámara aislada y esterilizada, aunque la semana pasada empezaron a practicarle un tratamiento de quimioterapia «intensivo» para «eliminar las células malignas de la médula». Esther González, madre de las pequeñas, se sometió el año pasado a un tratamiento de reproducción asistida en Bruselas. El análisis genético permitió a sus médicos elegir el embrión más compatible. Fruto de todo este proceso nació Izel - «única» en lengua maya -, el mejor regalo para Érine, y su pasaporte hacia la vida.
Esther y su pareja Christian Cabrera resisten esperanzados en esta dura batalla que arrancó hace tres años cuando empezaron a buscar un centro donde Esther pudiera realizarse el tratamiento. «La niña está agotada. Nos cuesta hacerle entender que todo es por su bien», dice. En dos meses se sabrá si Erine ha ganado la primera batalla a la enfermedad, aunque hasta dentro de dos años no se sabrá si ha vencido definitivamente la guerra de la leucemia.
¡¡¡Muchos ánimos Érine y papás!!! El final feliz, más cerca ...