Unos zapatos preciosos
- Esta tarde en la guardia llevabas unos zapatos preciosos.
¿Cómo?
Mi compañera, abogada de oficio en el turno penal, no daba crédito a lo que estaba leyendo en su correo electrónico en la soledad de su despacho.
- Por no decir nada del escote y de ese vestido que lo ocultaba todo ...
Vamos a ver: si no se había cruzado con nadie más que con su cliente detenido, había sido una guardia tranquila, ningún compañero le había visto y la dirección del correo electrónico no era la del ICAB ... ¿entonces, quién se había fijado en sus zapatos?
- No busques entre los abogados ... busca entre los Jueces.
Inmediatamente se me encendieron todas las alarmas: ¿un Juez de Instrucción estaba utilizando el correo electrónico del Juzgado para lanzarle este tipo de piropos, de los que he reproducido los más inocentes? ¿Cómo se llama esta actitud: abuso de poder, utilización de cargo público, acoso ...?
Pero vamos a ver, ¿cómo son esos zapatos?
- Bonitos, de charol de color rojo ...
- En fin, como de Nochevieja.
Mi compañera tiene muchas virtudes, pero la discreción no es una de ellas. Imagino perfectamente cómo debían ser esos zapatos y la cara que pondría el detenido cuando la vió aparecer por comisaría. Por lo menos le alegraría el mal trago. Ahora bien, de ahí a que el propio Juez entre en este juego ...
Moraleja: en mi próxima guardia, me pondré bambas.